«…Regina Caeli Laetare, Alelluia, Alelluia…»
Toda vez que ha pasado una nueva Cuaresma y Semana Santa, la Imagen de Nuestra Señora de La Soledad fue nuevamente entronizada en su Camarín.
Del luto se pasó al blanco que nos indica este tiempo de Pascua donde Cristo ha Resucitado en todos y cada uno de nuestros corazones.
Viste manto con bordados decimonónicos y saya de tisú bordada en oro. En su cintura, fajín también bordado en oro.
Luce además Diadema rocalla de plata sobredorada del s. XIX, broche y Cruz Pectoral sobre su tocado y medalla bajo el mismo.