Celebrada la Procesión Claustral por la Pascua de Resurrección

Estimada/o Hermana/o:

En la tarde del pasado viernes 26 de mayo, a falta de dos días de la Festividad de Pentecostés, nuestra Hermandad celebró una Procesión Claustral con motivo de la Pascua de Resurrección de nuestro Señor Jesucristo y el gozo de sentirnos retornados a la Vida tras el martirio sufrido por Cristo en Su crucifixión.

La celebración estuvo presidida por NH y Director Espiritual D. Rubén Virués Gómez quien, tras la incensación del Cristo y del Cirio Pascual, dirigió a los presentes el saludo inicial, proclamando la siguiente oración:

Señor Jesús, con tu Resurrección
triunfaste sobre la muerte y vives para siempre
comunicándonos la Vida, la alegría y la esperanza firme.

Tú que fortaleciste la fe de los Apóstoles,
de las mujeres y de tus discípulos
enseñándoles a amar con obras;
fortalece también nuestro espíritu vacilante,
para que nos entreguemos de lleno a Ti

Queremos compartir contigo
y con tu Madre Santísima la alegría de tu Resurrección gloriosa, ya que nos has abierto el camino hacia el Padre,
haz que iluminados por el Espíritu Santo,
gocemos un día de la Gloria eterna;
a Ti que vives y reina por los siglos de los siglos. Amén.

A continuación se pronunció la lectura del Santo Evangelio según san Juan (20,19-31).

Tras unas breves palabras del Director Espiritual la luz del Cirio Pascual fue ofrecida a los asistentes que encendieron velas con la misma llama, siendo sacado el cirio del pie y entregado al Hermano Mayor para iniciar el rezo del Piadoso Ejercicio de las Cinco Llagas para Tiempo Pascual por el claustro franciscano.

Con la interpretación del Veni Creator los fieles fueron situándose en los bancos de la Capilla de la Hermandad y el Cirio Pascual fue restituido a su lugar original.

A continuación se realizó la invocación del Espíritu Santo para que descienda sobre todos nosotros y nuestra Corporación a la par que el Hermano Mayor encendió las siete velas que simbolizan los dones del Espíritu Santo.

Para finalizar, se rezó el Padre Nuestro y la oración final, saludando a Nuestra Señora de la Soledad con el Regina Coeli.

“Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

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