Soledad de San Francisco
Soplo de brisa bendita
del azahar franciscano,
Luz que en su presencia agita
el alma de sus hermanos,
llenándolos de esperanza,
de fe en la Cruz del Calvario,
donde un Hijo muere
y salva a todos de sus pecados,
prometiéndonos la vida
y un amor eterno y santo.
Soledad, yo no quisiera
alejarme de tu lado,
pues en las noches oscuras,
cuando a mí me ciega el llanto,
Tú eres el timón que guía
a mi nave sin descanso,
eres el faro que alumbra
y el lucero que no alcanzo,
pues de tan alto y tan puro,
sólo puedo contemplarlo
y acariciar con mis dedos
los bordecitos del manto.
Mas para mí es suficiente
con acercarme a tu palio,
Soledad del alma mía
para aliviar mi quebranto
y para dejar mis penas
dormidas en tu regazo,
entre azahares y plata,
la noche del Lunes Santo.
(16/04/2007)