Por NHD José Luis Ruíz Nieto-Guerrero (q.e.p.d.)

Los cofrades distinguirán en las dos fotos al Crucificado de la Vera+Cruz, que prácticamente se mantiene intacto a pesar del paso de los años. Pero con la Dolorosa que lo acompaña puede haber confusiones. La estampa de la izquierda, que pertenece a la colección particular del artista gaditano Juan Carlos Romero, da lugar a este reportaje que ha realizado NHD José Luis Ruíz Nieto-Guerrero en el que se aclara cuál es esa imagen que aparece a los pies de la Cruz y por qué procesionó ese año junto al Crucificado de San Francisco.

Como indica el propio Ruíz, en principio esta talla puede parecer desconocida, “ya que no se trata de la actual Virgen de la Soledad ni tampoco de la que la antecedió en cultos y procesiones”.

Según explica en los datos aportados, se trata de una imagen de la Virgen que participó en la procesión de la cofradía franciscana en el año 1939 -la foto de la derecha refleja el paso dispuesto para la salida de ese año-, cuando a falta de los elementos desaparecidos en 1931 trataba de remediar con préstamos y cesiones la composición del esquema procesional al final de esta misma década.

Esta Dolorosa estaba expuesta al culto en esos años en la antigua Capilla de la Orden Tercera de Capuchinos, recinto que aún hoy se mantiene en pie con la advocación de Santa Catalina. La Virgen ya aparece registrada en el inventario de la desamortización del año 1836 en ese propio lugar e igualmente se la ve reflejada en las guías-anuarios de Rosety y otros.

Sigue explicando NHD José Luis Ruíz que en los datos que sobre la Cofradía de la Vera+Cruz escribió Álvaro Picardo, se menciona la referida salida procesional de 1939. “Parecería lógico que tras esa salida se hubiera quedado la imagen en San Francisco. Pero tal cesión fue realizada solamente a efectos de completar el paso de misterio en aquella ocasión, puesto que esta propia imagen, en unión de un Nazareno y del retablo de la capilla de la Orden Tercera, pasaron a la Iglesia de San José para cubrir la falta de los efectos desaparecidos en 1936 y desde entonces allí permanecen con las consiguientes variaciones”, cuenta nuestro hermano.

Ya en la iglesia de San José, la Virgen que nos ocupa se situó en un altar lateral y hacia el año 1955 la cofradía de la Oración en el Huerto, que estaba en sus inicios y sin imagen aún de su titular, decidió incorporarla a sus cultos en el breve espacio de tiempo en que se mantuvo en esa Iglesia de extramuros, dejándola allí cuando se trasladó la corporación para establecerse en su actual sede.

Esta Dolorosa, que se mantuvo en el templo josefino sin ninguna advocación concreta, sufrió en el año 1965 un incendio, causado por una velilla de promesa colocada próxima a sus ropajes. Las llamas prendieron en la talla hasta causar su destrucción. No obstante, lograron salvarse las manos. Y entre las tablas del candelero se localizó un papel que indicaba la autoría de su policromía, que estuvo a cargo de Francisco María Mortola en el año 1760.

Así es la imagen que, casi por casualidad, sale retratada en estas imágenes del año 1939.

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