De nuevo estamos en la antesala de la Gloria. Después de un año de vida interna, soñando la calle, por fin la Cruz de Guía recorrerá la ciudad. El testimonio ejemplar de los cofrades se arropará con el hálito de la ciudad. El cálido sol y la oscura noche acudirán para construir esta hipérbole de la belleza. Se dibujarán las mejores acuarelas para el alma.

Entonces los que aman sin fisuras a su Hermandad cogerán temblando su túnica, dispuestos a formar orgullosos en este cortejo del Señor. No habrá nada que les aparte del seguimiento de la Cruz. Porque no hay mayor orgullo, que vistiendo el hábito de la Cofradía, formar en este cortejo santo junto al Señor.

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