Ntra. Sra. de La Soledad ante el mes de los Fieles Difuntos

La Imagen de Nuestra Señora de la Soledad, exceptuando el tiempo Pascual y la Alegría de la Resurrección, suele vestirse durante el año en tonos oscuros, azules o corintos. Es su idiosincrasia y la forma de evocar su misterio: La Soledad.

Si bien, ante el mes de los fieles difuntos, la vestimenta se torna más negra aún, recordando a los fieles difuntos que nos antecedieron y que gozan ya de la plenitud celeste del Cielo.

La Imagen de La Virgen de la Soledad luce pues con su conjunto negro y plata, con bordados de finales del XVII y principios del XIX. Luce además sobre su cabeza, nimbo de plata del s. XIX, perteneciente a la anterior Dolorosa a la que rendía culto la Cofradía.

Los altares, igualmente, se exornan con flores propias de este mes.

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