Sin perder la identidad. 12 años para un nuevo sueño [Crónica]

Anoche, los hermanos de esta Muy Ilustre Hermandad y Cofradía, escribimos una nueva página de oro en la historia de nuestra más de cuatro veces centenaria corporación.

Hace 46 años, en 1972, un grupo de jóvenes entusiastas volvieron a plantar la semilla en una Semana Santa distinta, de otros tiempos. Eran los últimos años del franquismo y esta ilusión fue recogida no sin ciertas dudas por los que ya peinaban canas. Aquella primera Junta de Gobierno la compondría una mezcla de veteranía y juventud. Una semilla que no cayó en tierra esteril. Renacía una Hermandad. Volvía a Cádiz LA VERA+CRUZ.

Años de penurias en sus inicios. De no contar con un Patrimonio en buen estado de conservación. De pedir prestado… 

Pero lo más importante a la par de complicado fue como ese grupo de jóvenes tenían otra manera de pensar. Otra manera de entender la Semana Santa. Otra manera de sentir la Vera+Cruz… lo que había era bueno pero no estaba aprovechado. Había que comenzar a trabajar en una línea, en un sello propio no exento de críticas pero creyendo en él fervientemente.

Así volvieron las túnicas negras de cola y esparto, los Cirios tiniebla, los “Federicas”, la Capilla Musical al Cristo… la sobriedad bien entendida. En lo interno, la importancia de los Cultos y la Liturgia, los Besamanos y Altares de Culto… podemos decir, y no nos equivocamos, que existe un antes y un después en la Semana Santa de Cádiz con la Vera+Cruz.

Y así, a mediados de los años 80, un veinteañero Luis Miguel Barbosa Gil, líder en otras facetas como la puesta en marcha de las Cuadrillas de Hermanos Cargadores de nuestra Hermandad, vió donde muchos entonces veían una quimera… “hagamos un nuevo Paso de Cristo acorde a la Hermandad y a la Imagen a la que veneramos”. Precisamente, en esa Semana Santa de los años 80, presenciando Barbosa un Martes Santo el discurrir del paso del Cristo de la Sangre de la sevillana Hermandad de San Benito dijo “quien haya hecho ese paso tiene que hacer el de mi Hermandad”. Y se llegó a la figura de D. Antonio Martín, uno de los grandes tallistas (si no el mejor) del s. XX.

Rodeado de una comisión de expertos artísticos como NHD José Miguel Sánchez Peña o NHD Juan Manuel Marrero Duarte, comenzó a perfilarse un nuevo Paso que “sí o sí” debía recordar en lo posible al anterior pues “nunca debemos perder nuestras raíces”. Iconográficamente debe contar algo, no colocar cartelas heráldicas sin ton ni son. Es de recibo (y procede, claro que procede), nombrar aquí la figura de NHD Melquíades Brizuela Carceller, institución en la Hermandad y quien desde un primer momento se adelantó a su tiempo y apostó por este sueño.

Y en el año 1986 comenzó esta ilusión. En la sevillana calle Castelar, los gubiazos se repetían dando forma a las rocallas del nuevo Paso del Santísimo Cristo, que con la imaginería menor de D. Manuel Carmona, fue estrenado íntegramente en la Semana Santa de 1993, y completamente dorado en la de 1998 por el taller de Manolo Calvo.

Un paso que hoy es orgullo de la Hermandad, de la Semana Santa de Cádiz y de su Patrimonio Artístico para los que nos visitan de fuera.

Pero la cosa no quedaría ahí. Nuestra Señora de La Soledad, la que llora su pena cada Lunes Santo tras el Gólgota de amor del Santísimo Cristo, necesitaba también que su paso fuera acorde a la categoría de la Hermandad y, sobre todo, diera Gloria a su Imagen.

Nada se hace por hacer en nuestra Hermandad. Todo tiene siempre un sentido, una línea de trabajo. Un sello personal.

“Vamos a comenzar una segunda fase de mejora patrimonial, el Paso de Palio”. ¿Quiénes pueden acometer esta carga de trabajo, con garantías y de calidad? Los Hermanos Ramos Espinosa, herederos directos del taller de Seco Velasco, quien diseñara y ejecutara los varales del paso de palio y el característico respiradero de pecho de paloma. Lo que inició Don Manuel lo continuarán los hijos de quienes trabajaron en su taller. Eran los elegidos. No había ninguna duda.

A excepción de los citados varales y respiraderos, amén de unas discretas jarras, el Paso carecía de calidad. Una sencilla peana lisa adquirida a la Hermandad del Nazareno del Amor. Unas piezas de candelería en fundición, no había candelabros de cola…

Y desde el año 2000 hasta el pasado 2018, fueron sucediéndose las piezas que enriquecían y complementaban la “casa” de Nuestra Señora de la Soledad. Todo en un estilo, cerrando lo que los Seco Velasco diseñaron. Un conjunto del que sentirse orgulloso y espejo para las generaciones futuras. [sigue más abajo el Artículo, tras las fotos]

Y llegamos a noviembre de 2018. La tercera fase (y no la de los marcianos). Unos bordados que cierren el conjunto. Un manto que arrope a Nuestra Señora como todos la arropamos cada Lunes Santo por su calles. Con un estilo. Nuestro estilo. Un palio y un manto que recuerden lo que teníamos. Nada de innovaciones. Asesorados por expertos, como el bordador astigitano y colaborador del Departamento de Historia de Arte de la Universidad de Sevilla para la catalogación de obras bordadas, D. Jesús Rosado Borja, presente anoche en el Cabildo. Y, aunque anoche no estaba presente físicamente pero sí desde el mejor balcón del cielo, NHD José Luis Ruiz Nieto-Guerrero, quien también trabajó ilusionado para los frutos de esta nueva etapa.

Con dibujos de los Hermanos Ramos Espinosa  se acometerá esta última etapa ilusionante que se dilucidará en el tiempo durante, al menos, 12 años.

Anoche los hermanos de la Vera+Cruz dimos una lección enorme. Un sí por UNANIMIDAD. Un sí rotundo a los bordados. Una lección de haber entendido lo que es la Vera+Cruz. La presencia además de los dos ex Hermanos Mayores en vida que ha tenido la Hermandad durante estos 32 años, NHD Francisco Jiménez Salguero y NHD Miguel Ángel Morgado Conde.

La friolera de 32 años separan aquella quimera de 1986 a ahora. Algunos pintan canas en sus cabezas. Otros se han ido convirtiendo en adultos o formando familias. Otros no habían ni nacido y ayer eran testigos directos de un gran acontecimiento.

Y no podemos obviar a quienes durante 32 años seguidos o alternos, quien estuvo una vez y se marchó o quien simplemente colaboró en una ocasión, aportaron altruistamente su dinero para poder llevar a cabo toda esta labor. Vuestro es también este homenaje.

Es la Vera+Cruz. Somos LA VERA+CRUZ y juntos, de la mano y en comunión, somos más que una familia. Gracias, Gracias y hasta 452 GRACIAS.

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