Corría la primavera de 1998. Desde mediados de los 90 venía fraguándose en la Hermandad un nuevo movimiento de jóvenes que se iban implicando cada vez más en los quehaceres diarios de la Cofradía, tras un periplo de unos cuatro años donde el Grupo Joven de la Cofradía llegó a extinguirse, pues muchos de los de entonces entraron a formar parte de la Junta de Gobierno y no hubo ese relevo generacional.

Juventud que supo entender la Vera+Cruz. Juventud que respiraba Vera+Cruz. Juventud… a los pies de la Vera+Cruz.

En otra entrega hablaremos más profundamente de los proyectos y actividades del Grupo Joven de la Hermandad, pero al encontrarnos inmersos en pleno mes de mayo, queremos compartir hoy esta simpática fotografía.

Nos situamos el 23 de mayo de 1998. La Hermandad conservaba todavía un pequeño pasito con el que antaño, en la Festividad del Corpus Christi, procesionaba la Reliquia del Santo Lignum Crucis, y que exornaba y preparaba nuestra Cofradía.

Fue aquella primavera cuando en una de esas charlas que se producen al salir de clases, alguien dijo… “¿por qué la Vera+Cruz, que rinde culto a la Cruz, no saca una Cruz de Mayo?”. “Es que las cruces de mayo no son para sacarlas… son más de patios”. “Estaría guay sacarla en un pasito y que la Cofradía prestara cuatro velas…”, “Tú estás loco…” 

Una noche, en la antigua Casa de Hermandad de la calle Veedor, sacamos el pasito del cuarto conocido como “La Leonera” (se obvian comentarios) y el gusanillo comenzó a hacer mella entre todos. Hablamos de jóvenes de entre 13 y 17 años… y alguno con 8 o 9.

Tras pedir permiso, y contar con la aprobación de la Junta de Gobierno que veía aquella “salida” como algo gracioso de niños, comenzaron los preparativos. Se adecentó y afianzó un poco el pasito con la ayuda de los mayores y poco a poco aquella quimera iba tomando forma.

La víspera de la salida procedimos al traslado del paso desde la Casa de Hermandad a la finca de la calle Beato Fray Diego José de Cádiz, que es desde donde al día siguiente efectuaría la salida. Una vieja cruz de madera se pintó de verde, el INRI con cartones, la Cofradía prestó un paño de altar a modo de respiraderos, otro a modo de sudario y cuatro pequeños candeleros del paso de palio de Nuestra Señora de la Soledad con cera verde.

Y así, amaneció el día esperado. Una Cuadrilla formada por 10 cargadores y 2 capataces. Una Cuadrilla de hermanos. De amigos de siempre. Una ilusión.

A la tarde salimos en procesión. Como Banda, un radiocassette con un remix de Marchas de Agrupación Musical que llevaba Carlitos Arregui.

El itinerario fue Beato Fray Diego José de Cádiz, San Francisco, Columela, Plaza del Palillero, Novena, Ancha, Sagasta, Tinte, Plaza de San Francisco, San Francisco y Beato Fray Diego José de Cádiz.

Sirva esta foto como recuerdo y canto a la amistad de estos chiquillos. Algunos, por motivos laborales se encuentran trabajando fuera de nuestra ciudad, incluso en el extranjero. Otros forman parte actualmente de la Junta de Gobierno. Pero sin duda, la esencia de la foto es el amor a una Cofradía, la VERA+CRUZ, y como hoy perdura esa amistad entre todos y cada uno de ellos.

Chico (Capataz), Jesús Camacho (Contracapataz), Carlos Alberto, Ñete, Alberto, Ramón, Arregui, José Antonio, Jorge, Pablo, Pepito, José Carlos y Carlitos Arregui (Cassette).

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